domingo, 27 de noviembre de 2016

La vida es ir pasando

La vida es reir, llorar, alegrarse, sufrir, suspirar y tocar fugazmente las chispas de la felicidad.
Tejiendo cada momento, disfrutando cada instante y tratando de comprender, a veces, lo incomprensible.
Comprender que estamos de paso, como muchas personas que, cuando ya no pueden exprimirte más, quedan atrás, a un lado del camino. Incluso convirtiéndose en tus enemigos. Pero nunca arrepentirse de los favores hechos, ni del cariño entregado, ni del tiempo regalado. Seguir sin mirar atrás, sin reclamar nada. Lo que has hecho lo has hecho con el alma y esa es la riqueza que te alimenta.
Cada zancada es importante, cada semilla es la oportunidad de una hermosa planta. Aunque, en ocasiones, algunas semillas no germinen. Pero no dejar de sembrar, no dejar de cuidar la tierra. Porque es fácil que un brote se malogre, pero el agricultor cuenta con ello y planta suficientes semillas para que siempre queden matas que sobrevivan.
Y mantenerse en el lugar que tantos esfuerzos te ha costado, sin rendirse, sin olvidar seguir aprendiendo cada día, de cada sabor que nos da la vida.
No acostumbrarse, no dormirse en el logro, disfrutando de cada nuevo reto, por difícil que parezca. Y aguantar ahí arriba, sujetando bien las bridas para evitar la caída.
Y caminar por senderos, avenidas, alfombras y pedregales sin perder el equilibrio. Sabiendo que tus pies no dudarán en el siguiente paso, a pesar de las heridas y el frío.
La vida es ir pasando.

3 comentarios:

  1. La humildad es la corona de los sabios. La bondad la capa del maestro.
    Como en el juego infantil, "tú las llevas"..un abrazoso Eduardo.

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  2. Gracias, Victoria.
    Si soy humilde es porque no tengo de qué vanagloriarme. En cuanto a la bondad, lo intento, aunque a veces, muy a mi pesar, no lo consiga. Otro abrazo.

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  3. La vida es ir pasando. AMÉN.

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