Como soy un poco “batallitas” hay un comentario que suele
surgir cuando las cervezas o el licor del día llega a cierto nivel y mi lengua
se ha desatado: “deberías escribir un libro”.
Sí, sé que tengo anécdotas o leyendas de sala, que no
urbanas, de esta profesión en la que llevo ya unos cuantos años. Pero no sé si
darían para un libro. Podría ser, aunque quizá para llenar tantas páginas
debería, como ocurre a veces con algunos libros, meter bastante paja para
alargar. Y no soy mucho de paja (hala, ya os he dado carnaza a los que os gusta hilar fino).
Lo que sí voy a hacer es aprovechar para contar aquí algunas
anécdotas que he visto o me han contado sobre errores ocurridos a raíz de la
mezcolanza inglés-español en los diálogos mientras doblamos. Para esto,
deberéis decir en alto la pronunciación que marcaré con cursiva. Aclaro también que los nombres de los protagonistas son
ficticios, por aquello de preservar la intimidad de los aludidos.
Cuentan que en cierta ocasión un compañero estaba ensayando
su diálogo de un policía que a voz en grito decía "¡Rodín, la casa! ¡Rodín, la
casa!". A lo que el director de doblaje
le interpeló: “Francisco Javier, ¿qué estás diciendo”. FJ respondió "Perdona,
pero yo sé inglés y dos “es” suenan como “i”". Y el director aclaró "No,
Francisco Javier, ¡Rodeen, la casa! ¡Rodeen la casa!".
En otra ocasión el actor ensayaba "¡Llóu, has venido!". Y el
director le preguntó "Pero bueno, ¿quién es Llou, vamos a ver?" "En el guion
lo pone, mira". "¡No, hombre, no! ¡Joé, de jolín! ¡Joé, has venido!".
Esta la viví yo dirigiendo: El actor ensayaba "¿Quieres un sándwich
Morgan?" Así, sin coma, como si hubiese sándwiches de jamón y queso, sándwiches se paté y sándwiches Morgan. Tres veces. La actriz que le daba la
réplica me miraba incrédula y yo le hacía gestos de que tuviese paciencia, que
quizá sólo era un fallo momentáneo. Al notar su reincidencia le tuve que
aclarar "Le ofreces el sándwich a alguien llamado Morgan" y él me contestó "Ah,
creía que era el tipo de sándwich".
También recuerdo haber tenido que corregir a un actor que
ensayaba su texto "Jórni, el pan". "¿Cómo? –le dije- ¿dónde pone eso?" "Pues
aquí, en el diálogo de mi personaje" – aseveró él. A lo que le tuve que
corregir "Que no, que no, que no hay ninguno que se llame Jórni. ¡Hornee el
pan, Luis Alfredo, hornee el pan!"
Así que, tened mucho cuidado al leer y diferenciad cuando son palabras castellanas para no confundirlas con la pronunciación inglesa.
Hala, ya he escrito el primer capítulo del book, digo del libro.
Por petición popular. (By popular petition)
Alguna de esas anécdotas me suenan... Si algún día escribes ese libro, alguien tendrá que hacer el prólogo.
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