¿La felicidad? Sí, la busco en la realidad, en la comprensión de cuanto me
rodea. Ni lamento los caminos emprendidos ni echo balones fuera. No me colocaré en el
cómodo sillón de echar la culpa a mi alrededor. Quizá yo tenga la culpa y como tal, lo acato, apechugo y continúo. Vista al frente y "que me quiten lo bailado" o "que bailen lo que me han quitado". Pero yo sigo adelante, sin dejar que el fango de un mal día engulla mis pies.
Y, si hablo de sonreír,
perseguir sueños y demás, ni es porque sea mejor persona, ni es por ir
de "estupendo". Simplemente es porque pienso que una actitud positiva
ayuda más que hundir la cabeza en el lodo o regodearme en el dolor de
los demás. Así, un día más, salgo al mundo a buscar oportunidades.
(Carta de un amigo al que encontré en un rincón de la noche)
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