Llora, princesa, llora si es lo que tu corazón te reclama.
En las nubes pintaremos un te quiero con el humo de nuestros alientos. Escribiremos palabras deformes para dar forma a la vida. Sacaremos a pasear el perro de dientes afilados y caricias calientes. Jugaremos a la ambigüedad del salón de te. Nuestras carcajadas serán la medicina para aliviar injusticias de vida. En cada desvarío quedará impregnada una gota de amor. Hablar por hablar, desahogarse del trago amargo de la vida. Y mirar al cielo suplicando la felicidad de quien tantos cuentos dibujó con su sonrisa.
Llora, princesa, llora para limpiar angustias que los demás comprendemos. Y desde nuestras locuras al aire, buscaremos tu calma. Mañana reirás con nosotros, disfrutarás con nosotros, porque siempre estaremos esperando.
Mañana volverá a brillar el sol y tú con él. Y hoy, dos latidos de cada cuatro de nuestro corazón, son para tí.
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