sábado, 8 de junio de 2013

La botica de la razón


     Tengo unos estantes llenos de frascos de palabras. A veces las tapas se quedan bloqueadas por el paso del tiempo y cuesta destaparlos. Es mi botica de la razón. Mi día a día se condimenta con las palabras que de ahí salen. Preparo brebajes, ungüentos, elixires y todo tipo de tisanas.

     Para las pastillas de mal sabor me dijeron de un buen método para hacerlas más digeribles. Pero no me sale. Me aconsejaron calentar un poco de azúcar hasta hacerlo líquido, y entonces, verterlo sobre las grajeas hasta conseguir recubrirlas del caramelo dorado para evitar que al tragarlas notemos su amargo sabor. Pero no me sale dorar la píldora. Tendré que aprender.

     También hay veces en las que destapo algún envase y me encuentro con palabras caducadas. No hay más remedio que deshacerse de ellas. Podrían contaminar a las demás.

     En otras ocasiones debo hacer pócimas realmente intensas para calmar algún dolor o servir de antídoto a algún veneno. También tengo ingredientes para eso. Dependiendo de la concentración de cada componente la mezcla surtirá un efecto más o menos inmediato y los efectos secundarios varían. Pero suelen funcionar.

     Reconozco que no suelo abusar de los sabores amargos, pero cuando no hay más remedio también forman parte de mis pócimas. Aunque los edulcorantes dan buen resultado.

     Así, día a día, voy preparando las recetas que mi voluntad me va pidiendo. Reponiendo por medio de la vida cada envase con palabras de las más diversas procedencias. 

     No tengo horarios en mi botica de la razón pero, de vez en cuando, cierro para descansar. Pueden venir cuando quieran.

     Buenos días, ¿qué le pongo?



1 comentario:

  1. me encantan las palabras de barro y de hiel,me recuerda al texto "las palabras" de neruda
    aquí pego este poemón y un beso tv

    El río de mi aldea

    El Tajo es más bello que el río que corre por mi aldea,
    pero el Tajo no es más bello que el río que corre por mi
    aldea
    porque el Tajo no es el río que corre por mi aldea.
    El Tajo tiene grandes navíos
    y todavía navega en él,
    para quienes en todo ven lo que ya no existe,
    la memoria de las naos.
    El Tajo baja de España
    y el Tajo entra en el mar en Portugal.
    Todo el mundo lo sabe.
    Pero pocos saben cuál es el río de mi aldea
    y para dónde va
    y de qué sitio viene.
    Y por eso,porque pertenece a menos gente,
    es más libre y mayor el río de mi aldea.
    Por el Tajo se va al mundo.
    Más allá del Tajo está América
    y la fortuna de quienes la encuentran.
    Nadie ha pensado nunca en lo que hay más allá del río
    de mi aldea.
    El río de mi aldea no hace pensar en nada.
    Quien se encuentra a su lado,sólo a su lado está. PESSOA

    ResponderEliminar