Mientras estudio un texto que habla sobre la comprensión humana, me planteo: ¡Qué fácil es aprenderse la teoría y qué difícil llevarla a la práctica cuando no aparece en el manual!
Perdonamos globalidades como parte de una bienquista imagen social, pero somos incapaces de ponernos en la piel de quien tenemos al lado. Disculpamos la mordedura de un perro por aquello de "el pobre reacciona por instinto", pero odiamos al vecino que se despistó y no nos saludó un día.
Hablamos de comprensión y nos empeñamos en decirles a los demás cómo deben actuar censurándoles lo que no entra en nuestros cánones.
Qué fácil sería si nos pusiésemos verdaderamente en el lugar del otro.
Buenas noches.
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