Sonríe, payaso, colócate tu nariz y píntate tu sonrisa, aunque el dolor te haga torcer el gesto.
Si pudiese coger un trozo de mi corazón y dároslo para aumentar
vuestras fuerzas, lo haría. Pero sé que no es necesario porque no se
puede tener más corazón que el que tenéis vosotros.
Sé que vuestra vitalidad puede con cualquiera de los enemigos que intentan apoderarse de vuestra salud. Ahora que vuestras noches se
plagan de dragones nocturnos, en un alarde de fortaleza, aún seguís
pintando de colores las ovejas y organizando vuestro ejército espartano
para librar esta batalla. Una batalla que os llevará al triunfo.
No os conocéis entre vosotros, pero yo sí. Vuestros enemigos no son los mismos, pero la lucha es igual.
La bendita casualidad ha hecho que forméis parte de mi vida y que me
estéis enseñando lo que de verdad merece la pena. Hace falta mucha
bondad para dar tanto; hace falta mucha generosidad para ser payaso y,
hasta en los momentos más duros, regalar vuestra genialidad y vuestro
buen humor.
Gracias por estar ahí, gracias por vuestras energías, gracias por enseñarme tanto, gracias por ser tan extraordinarios.
Dedicado a dos artistas, actores, personas y amigos que hacen tan grande el oficio de payaso.
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