sábado, 16 de febrero de 2013

"¡Pues tú más!"


     Hubo un tiempo en que creí que mi triunfo era directamente proporcional al fracaso de los demás. Pensaba que mis logros se medían en relación a lo que hubiera conseguido superar a otros. Idea cruel, pero debo reconocer que así era.
      Mi gran éxito vino cuando descubrí que no debía compararme con lo que hubiesen conseguido otros. Independientemente de lo grandes que fuesen los demás, yo tenía un puesto en mi propio podio. Y empecé a vivir, a disfrutar de cada cosa que consigo y a aprender de cada fracaso. Sacar provecho de cada fracaso, comprenderlo, aceptarlo, no quedarme en él y no sufrir eternamente por el mismo.
     Ya no hay comparaciones, hay gestos únicos y momentos únicos y personales. Disfruto con mis éxitos y con los éxitos de quienes tengo al lado.

     Quizá sólo me entristece el sufrimiento que veo en quienes se empeñan en medir sus triunfos comparándolos con los de los demás.

     Feliz día único y personal.

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