Tanto
ama el sol a la luna
que, aplacando sus deseos,
por el temor a abrasarla,
le basta con darle luz.
No puedo evitar estremecerme
que, aplacando sus deseos,
por el temor a abrasarla,
le basta con darle luz.
No puedo evitar estremecerme
al recordar tus palabras;
y el espejo es mi cómplice
en busca de mis ojos olvidados.
No pienses más allá,
y el espejo es mi cómplice
en busca de mis ojos olvidados.
No pienses más allá,
y no influyas en el rumbo,
ni detengas tu caminar.
Avanza, como avanza el mundo.
ni detengas tu caminar.
Avanza, como avanza el mundo.
Qué bonico. Palabras para pensar.
ResponderEliminarOscar
Aprender a no influir en la vida de los que quieres... ¡Qué difícil! ¡Y necesario, claro!
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