Estimados míos:
Lo estáis haciendo bien, pero necesitamos echar más carne en el asador. No desfallezcáis. Que no puedan con vosotros esos que se empeñan en sonreir a toda costa. Cada vez son más, pero sé que conseguiréis mermar sus fuerzas y haréis prevalecer la razón.
Conocemos sus armas, y podemos combatirlas. Muchas veces lo hemos hecho. Ese enfermizo empeño en considerar que todo el mundo es igual, sólo hará que ninguno tengamos nada. Hay que acabar con esa idea. Defiende lo tuyo, por encima de cualquiera, o verás cómo te quedas en la estacada. Y ya sabéis lo que suponen las estacas, de una en una o en hilera.
Acabad con esos malsanos esfuerzos por alentar a sus secuaces, soñadores que basan su vida en deseos. Hacedles comprender que lo único importante es aquello que verdaderamente podemos palpar. Evitad que sigan engañando a más gente con sus utopías. Quitadles esas visiones de un mundo idílico.
Impedid que se crean grandes, hacedles ver su propia mediocridad, restad valor a sus logros. Así, poco a poco esos enemigos de la sensatez abandonarán sus fantasías y volverán al dulce pragmatismo.
Si es necesario, utilizad métodos persuasorios de buena voluntad para atraerlos a nuestro objetivo. Acabarán comprendiendo que la felicidad sólo existe cuando se ha conseguido algo material. De otro modo acumularán desgracia tras desgracia al ver que no consiguen sus deseos. Demostradles que son inferiores a nosotros, que nunca lograrán nada porque el mundo no les regalará nada.
Así, día tras día, nosotros conseguiremos nuestro anhelo, que no es otro que el comprobar que no hay nadie por encima de nosotros. Si hubiese alguien, deberíamos hacerle caer.
Absorbed sus energías para que las nuestras se vayan alimentando.
Seguid así, vampiros míos.
Fdo. Conde Drácula
Vampiricemos la LUZ
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